La antigua tradición reza
que como última entrega
como único garante del buen viaje
después de esta vida
con el cuerpo, debe ir la paga del transportador
del barquero, Caronte
sobre los yertos ojos
sobre la mustia mirada
dos monedas
no importa la herrumbre
paga es paga
Si no, se corre el riesgo
de ambular sin rumbo
hasta que el sol no vea su día.
Errante.
Dos monedas en mi mano.
¿Es hora de pagar ya?
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