Corrí
durante todos estos años
pensando que así llegaría más rápido
y a salvo al banquete que fue prometido
Zarzas, caminos empinados
barrancos y peligros
la inocencia cayó
pero aún sigo aquí
Y paré
y cuando lo hice
la baba que olía a muerte me alcanzó
y tomó un rostro que no era el mío
Tanto la invoqué
y al fin cuando llegó, la odié
porque quiso tomar la vida del amor
Miranda, termina de morir en la playa
termina de llorar tus muertes
porque tienes que empezar de nuevo
porque Miranda conducirá su barco
ahora ella, ahora sola
hacia ella, hacia ella...
El banquete espera bajo el cielo rojo
si y sólo si
el cielo sea rojo.
La pintura es de John Williams-Waterhouse: Miranda, The Tempest.
